Yo no aceptaré que ninguna autoridad, del nivel educativo que sea, haya estado dirigiendo la educación pública y a la vez tenga instituciones privadas.

No podemos permitir que la Universidad pudiera caer en una inmovilidad por temor. Hoy tenemos que fortalecerla para quitar todas las dudas; no acepto que los sectores tengan una cuota de estudiantes de nuevo ingreso. En el ámbito de sus competencias, he solicitado a la Auditoría Superior del Estado conduzca una investigación de las finanzas de la Universidad; yo ayudaré a la comunidad estudiantil; pero si el sector que dirige la administración de la Universidad no entiende ni atiende, y actúa sin transparencia ni eficacia, yo lo denunciaré.
Nayarit tiene una deuda con su Universidad; mi compromiso es relanzar a esta institución, junto con toda la ciudadanía, hacia nuevos estándares de productividad no cuantitativa, sino cualitativa.